Oftalmología pediátrica
al cuidado de los pequeños del hogar

La vista de un niño se desarrolla al mismo tiempo que el resto de sus órganos y partes del cuerpo. Logra su madurez alrededor de los 7 u 8 años. Una revisión a tiempo de cualquier problema visual puede dar como resultado la mejor solución total y definitiva a la misma.

Al momento de nacer, el ojo en los bebés es todavía inmaduro y poco a poco desarrolla su madurez visual, por lo que si hay algún problema, lo ideal es darle el mejor tratamiento en el menor tiempo para ver soluciones y así poder mejorar la calidad de vida del paciente.

Entre los problemas más comunes podemos encontrar a la hipermetropía, miopía y el astigmatismo. Si alguno de estos problemas no se detectan con anticipación, puede que se lleguen a presentar otros en la función visual y algunas complicaciones en la vida cotidiana.

Una de las principales recomendaciones, es realizar una revisión de manera preventiva dentro de los primeros 4 años de vida del menor, para así poder anticiparse y atender alguna complicación en un futuro no muy lejano.

Esto permite detectar alguno de estos síntomas que son los que se van a generar al momento de la consulta con su oftalmólogo para ser corregidos a la mayor brevedad.

El pediatra es el encargado de realizar la primera consulta oftalmológica al momento del parto para evaluar inicialmente el rojo pupilar a fin de detectar opacidad de medios y cataratas congénitas.

Ya que la madurez visual en los niños termina aproximadamente a los 8 años de edad, es recomendable efectuar un control visual a tiempo.

Ya que los padres de familia no detectan defectos visuales, es trascendental que un especialista realice el control visual, pues los niños pequeños tampoco externan ese tipo de problemas.

También es importante mencionar que una cirugía antes de cumplir la mayoría de edad no es recomendada, tal es el caso de la cirugía refractiva, ya que debe existir una estabilidad en el grado del lente antes de cualquier cirugía; esto es, que no cambie entre un año y otro.

En cuanto a los lentes de contacto, se pueden utilizar cuando se manifiesta ausencia de cristalino en el ojo (afaquia), diferencia de graduación entre ambos ojos (alta anisometropía) y baja visión de uno o los dos ojos por una falta de uso en el periodo de desarrollo visual (ambliopía), todo esto bajo las indicaciones médicas necesarias.

Lleve a sus pequeños con el Dr. Luis Fernando Turati Muñoz quien realizará el control visual que su hijo requiere.